Mi nombre es una variación
del nombre Julia, que por lo que he leído significa fuerte de raíz –y que
también podría explicar los cortes que le hacen a las verduras y las frutas- , también
hay otras variaciones como; Yuliana, Jhuliana, Julieth y Giulianna –nombre que
descubrí en un viaje al Perú cuando al pedir un café marcaron mi vaso con estas
letras-. En primer semestre de licenciatura en lenguas extranjeras en la
Universidad de Antioquia, tuve una clase de francés oral, y desde ahí también
me llamo Julie. Aquellos que conocen algo de francés me llaman así, otros también crearon variaciones de éste,
Julier, Yulay y Yuly.
Me iba a llamar Sara, pero
mi tía Diana irrumpió en la mente de mis padres y ahora me llamo Juliana. Este
nombre estaba de moda en la época del 88, cuando nací. Es por eso que he
estudiado con tantas Julias, Julianas, Julieths, Jhulianas y Yulianas.
Soy hija de Carlos Mario
Quintero González. De mi padre sé poco; el apellido Quintero viene de quintas,
es decir, de la palabra en inglés Farmer -granjero-. Mi abuelo Evelio Quintero trabajó
en Grulla en Envigado y ayudó a construir el barrio la Magnolia. Mi abuela María
del Carmen González, venía de Concordia, sus hermanos y ella vivían del café,
ella vino a vivir a Envigado con la esperanza de tener su propio granero y así
conoció a don Evelio. De allí nacieron mi padre –que es el mayor-, mis 4 tías y
mi tío. Mi abuela murió hace 14 años, mi abuelo y mis tíos viven aún en el
barrio la Magnolia.
También soy hija de Stella
María Ángel Gregory. Y de ella sé un poco más. Mr. Edward Gregory Mac-Pherson
había nacido en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, llegó a Colombia en
calidad de director de la Banda de Música adjunta a la legión británica y como
tal se encontró en la batalla del pantano de Vargas. Hacia el año 1827 contrajo
matrimonio en Santa Marta con doña Carlota de Castro Jimeno y Collantes, dama
muy linajada con quien tuvo dos hijos, Ana María que vio luz en dicha ciudad y Santiago en Cartagena. De
la primera, casada con el doctor Bertrand Antoine Duran, de nacionalidad
francesa, no provino descendencia alguna. De Santiago casado en Rionegro
Antioquia en el año de 1852 con doña Raimunda Cardona Escalante, proceden todas
las familias que en Colombia llevan el apellido Gregory. Mr. Edward Gregory
Mac-Pherson también fue uno de los fundadores de la sinfónica de la Universidad
de Antioquia.
De la novena generación, la
Gregory Williamson nació mi abuela, que junto a otros 10 hermanos comenzaron a
formar la décima generación; Gregory Toro en Manizales, todos hijos de Hernando
Gregory Williamson y Marina Toro Ocampo. La familia Gregory Toro, de gran
alcurnia en Medellín y Envigado terminó en banca rota porque mi bisabuelo
Hernando Gregory Williamson, que era uno de los principales exportadores de
azúcar manuelita, era adicto a los juegos de azar y jugó hasta que la enorme
casa donde vivían todos, que era llamada La Marina por el nombre de mi
bisabuela, fue vendida.
Mi abuela luego se casaría
con Ovidio Ángel en Medellín. Mi abuelo estudió para ser aviador de la Fuerza
Aérea Colombiana, pero sufría de vértigo
y tuvo que desistir gracias a sus desmayos en las acrobacias, trabajó en SAM la
aerolínea hasta que enfermó y murió 8 años antes de que yo naciera. Mi abuela
trabajó en el tránsito de Envigado y en un restaurante, todo gracias a que su
apellido y las amistades le ayudaban con los puestos. De ellos nace la onceava
generación la Ángel Gregory, de dónde nacieron mi madre, 2 tías y un tío.
Mis hermanos y yo nacimos en
la doceava generación Gregory, y somos Juliana. Santiago y Carlos Ándres
Quintero Ángel. Aunque el apellido Gregory no lo tenemos como nuestro apellido
principal, creo que es importante saber de dónde venimos, las historias y hasta
los chismes que han pasado a través de12 generaciones. En estas doce
generaciones el nombre Santiago permanece, al igual que el de Ana María, Marina
y Hernando.
Mis padres, se conocieron
cuando estaban pequeños, digamos a los 6 o 7 años porque estudiaban en el mismo
colegio, en San Marcos en Envigado. Allí los niños y las niñas estudiaban en
salones diferentes. Mis tías y mi mamá –las de ambas familias- estudiaron
juntas y mi papá, mis tíos y primos también. A los 23 años mis padres habían
hecho cada uno su vida y no recordaban haberse conocido, luego fueron
presentados por un amigo en común llamado Hernando. Tenían la misma edad,
vivían cerca y conocían sus familias sin saberlo. Mi padre trabajaba en un
hotel y mi madre en Caribú. Se enamoraron y cuando tenían 25 años se casaron en
la iglesia Santa Cruz de Alcalá en Envigado. Luego cuando tenían 26 años, nació
su primogénita Juliana. 2 años después nació Santiago y 7 años después Carlos
Andrés. Aunque mi madre ahora vive en el cielo, ya que murió hace 3 años por un
cáncer de mama que la devoró en menos de 4 meses, como familia seguimos la
tradición de amabas familias de vivir en Envigado. Hemos vivido en Envigado
desde siempre y viviremos aquí por mucho tiempo más.
Juliana si ha vivido en
otros lugares como; en San Antonio de Prado, en Sabaneta, en Itaguí y hasta en
Perú. Me casé por amor y me separé por cuestiones de violencia y tengo planes
de no volverme a casar e irme para Argentina a hacer una especialización en
diseño, pero eso es otra historia y me gastaría otras 4 hojas escribiéndola.
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