Señora Tiempo

Medellin

domingo, 25 de mayo de 2014

Corte la cebolla en Julianas



Mi nombre es una variación del nombre Julia, que por lo que he leído significa fuerte de raíz –y que también podría explicar los cortes que le hacen a las verduras y las frutas- , también hay otras variaciones como; Yuliana, Jhuliana, Julieth y Giulianna –nombre que descubrí en un viaje al Perú cuando al pedir un café marcaron mi vaso con estas letras-. En primer semestre de licenciatura en lenguas extranjeras en la Universidad de Antioquia, tuve una clase de francés oral, y desde ahí también me llamo Julie. Aquellos que conocen algo de francés me llaman así,  otros también crearon variaciones de éste, Julier, Yulay y Yuly.
Me iba a llamar Sara, pero mi tía Diana irrumpió en la mente de mis padres y ahora me llamo Juliana. Este nombre estaba de moda en la época del 88, cuando nací. Es por eso que he estudiado con tantas Julias, Julianas, Julieths, Jhulianas y Yulianas.

Soy hija de Carlos Mario Quintero González. De mi padre sé poco; el apellido Quintero viene de quintas, es decir, de la palabra en inglés Farmer -granjero-. Mi abuelo Evelio Quintero trabajó en Grulla en Envigado y ayudó a construir el barrio la Magnolia. Mi abuela María del Carmen González, venía de Concordia, sus hermanos y ella vivían del café, ella vino a vivir a Envigado con la esperanza de tener su propio granero y así conoció a don Evelio. De allí nacieron mi padre –que es el mayor-, mis 4 tías y mi tío. Mi abuela murió hace 14 años, mi abuelo y mis tíos viven aún en el barrio la Magnolia.

También soy hija de Stella María Ángel Gregory. Y de ella sé un poco más. Mr. Edward Gregory Mac-Pherson había nacido en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, llegó a Colombia en calidad de director de la Banda de Música adjunta a la legión británica y como tal se encontró en la batalla del pantano de Vargas. Hacia el año 1827 contrajo matrimonio en Santa Marta con doña Carlota de Castro Jimeno y Collantes, dama muy linajada con quien tuvo dos hijos, Ana María que vio luz  en dicha ciudad y Santiago en Cartagena. De la primera, casada con el doctor Bertrand Antoine Duran, de nacionalidad francesa, no provino descendencia alguna. De Santiago casado en Rionegro Antioquia en el año de 1852 con doña Raimunda Cardona Escalante, proceden todas las familias que en Colombia llevan el apellido Gregory. Mr. Edward Gregory Mac-Pherson también fue uno de los fundadores de la sinfónica de la Universidad de Antioquia.

De la novena generación, la Gregory Williamson nació mi abuela, que junto a otros 10 hermanos comenzaron a formar la décima generación; Gregory Toro en Manizales, todos hijos de Hernando Gregory Williamson y Marina Toro Ocampo. La familia Gregory Toro, de gran alcurnia en Medellín y Envigado terminó en banca rota porque mi bisabuelo Hernando Gregory Williamson, que era uno de los principales exportadores de azúcar manuelita, era adicto a los juegos de azar y jugó hasta que la enorme casa donde vivían todos, que era llamada La Marina por el nombre de mi bisabuela, fue vendida.

Mi abuela luego se casaría con Ovidio Ángel en Medellín. Mi abuelo estudió para ser aviador de la Fuerza Aérea Colombiana, pero sufría de  vértigo y tuvo que desistir gracias a sus desmayos en las acrobacias, trabajó en SAM la aerolínea hasta que enfermó y murió 8 años antes de que yo naciera. Mi abuela trabajó en el tránsito de Envigado y en un restaurante, todo gracias a que su apellido y las amistades le ayudaban con los puestos. De ellos nace la onceava generación la Ángel Gregory, de dónde nacieron mi madre, 2 tías y un tío.
Mis hermanos y yo nacimos en la doceava generación Gregory, y somos Juliana. Santiago y Carlos Ándres Quintero Ángel. Aunque el apellido Gregory no lo tenemos como nuestro apellido principal, creo que es importante saber de dónde venimos, las historias y hasta los chismes que han pasado a través de12 generaciones. En estas doce generaciones el nombre Santiago permanece, al igual que el de Ana María, Marina y Hernando.

Mis padres, se conocieron cuando estaban pequeños, digamos a los 6 o 7 años porque estudiaban en el mismo colegio, en San Marcos en Envigado. Allí los niños y las niñas estudiaban en salones diferentes. Mis tías y mi mamá –las de ambas familias- estudiaron juntas y mi papá, mis tíos y primos también. A los 23 años mis padres habían hecho cada uno su vida y no recordaban haberse conocido, luego fueron presentados por un amigo en común llamado Hernando. Tenían la misma edad, vivían cerca y conocían sus familias sin saberlo. Mi padre trabajaba en un hotel y mi madre en Caribú. Se enamoraron y cuando tenían 25 años se casaron en la iglesia Santa Cruz de Alcalá en Envigado. Luego cuando tenían 26 años, nació su primogénita Juliana. 2 años después nació Santiago y 7 años después Carlos Andrés. Aunque mi madre ahora vive en el cielo, ya que murió hace 3 años por un cáncer de mama que la devoró en menos de 4 meses, como familia seguimos la tradición de amabas familias de vivir en Envigado. Hemos vivido en Envigado desde siempre y viviremos aquí por mucho tiempo más.


Juliana si ha vivido en otros lugares como; en San Antonio de Prado, en Sabaneta, en Itaguí y hasta en Perú. Me casé por amor y me separé por cuestiones de violencia y tengo planes de no volverme a casar e irme para Argentina a hacer una especialización en diseño, pero eso es otra historia y me gastaría otras 4 hojas escribiéndola. 

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